Todas las noches, me quedaba dormida soñando. Imaginaba momentos, y los vivía soñando despierta, muchos años después conocería que esto tiene un nombre, visualización. Soñar me hacía sentir bien, era mi momento favorito del día. Tenía 17 años apenas, manteniendo constante mi subconsciente, mis creencias, mis pensamientos y el diálogo conmigo misma. 

¿Qué me trajo hasta aquí? 

Todo lo que un día soñé se cumplió, estudié Ciencia Política en el ITAM, a mis 22 años fui candidata a diputada local. A los 23 años trabajaba en el gobierno en la secretaría más importante del sexenio.  Pero en aquel momento el trabajo era mucho y la vida personal tenía poca cabida, esto dejó de funcionar para mi que me acababa de casar y empecé a escribir columnas de opinión en una revista digital y en Twitter, me contactó el director de uno de los medios más importantes del país para invitarme a trabajar con ellos.  Literalmente cumpliendo un sueño sin notar que yo lo había atraído también. Logré sentarme con grandes intelectuales, llevar mesas de elección presidencial, entrevistar, analizar, ser conductora titular de muchos programas, ser juez de un programa de debate, siempre soñé con eso desde que los reality shows empezaron a transmitirse. 

Soñé siempre con una familia. Soñé con el esposo y los 3 hijos que tengo, con la armonía de mi casa, con quienes me acompañan en mi andar por aquí. Soñé todo lo que tengo y todo lo que vivo hoy. 

Y es precisamente a partir de esta historia, que hoy todo cambio para mí. Cambié las elecciones y la vida de los funcionarios públicos por la elección de vivir la vida que quiero vivir y compartirla con ustedes. ¿Qué me trajo hasta aquí?

Alguien que me dijo en un momento que yo estaba en mi zona de comfort. Eso fue una gran sacudida pues representaba justo lo contrario de lo que había regido mi vida laboral y personal, esa frase me impactó con la fuerza suficiente para modificarlo todo. Esto se convirtió en un regalo de la vida, porque efectivamente estaba en mi zona de comfort, no como me lo dijeron por supuesto, sino porque yo había renunciado a mi verdadero sueño que es este. Toda la vida he visto más allá de los acontecimientos, he tenido una sensibilidad adicional para entender las problemáticas desde otro lugar, siempre he disfrutado enormemente el diálogo profundo.

Desde siempre me he beneficiado de una forma de vida que descubrí por accidente y que debo compartir, esa es mi misión, dejar al mundo una huella por pequeña que sea, transformar vidas, compartir conocimientos y experiencias. 

La politóloga que analizó fenómenos sociales, la vida pública, aquí sigue en mi corazón, pero ahora desde otro lugar, desde el lugar de hacernos mejor sociedad, de hacer mejores hijos para dejar al país un mejor futuro. Nuestra vida es la que vale la pena cambiar, en la medida que lo hagamos lo demás cambiará por añadidura .

Perfect relation with energy